Siempre nos confundimos... la miopía quizás más o menos todo el mundo sabe lo que es, pero el astigmatismo... suena el nombre, pero ¿qué es exactamente? ¿Y la hipermetropía? Y la presbi... ¿qué?
Todos estos son defectos refractivos del ojo que nos presentan problemas para ver bien.
El principal síntoma de la miopía es la dificultad para ver de lejos. Las personas con miopía no suelen tener problemas para ver de cerca. Cuando la córnea es demasiado curva o el ojo demasiado grande, los rayos de luz que entran en el ojo convergen y se enfocan antes de alcanzar la retina, lo que hace que la visión sea borrosa, desenfocada.
La hipermetropía es todo lo contrario. Las personas hipermétropes tienen dificultad para ver de cerca y, en cambio, ven bien de lejos. En este caso, la córnea es demasiado plana o el ojo es demasiado pequeño y la luz se enfoca detrás de la retina.
El astigmatismo se produce cuando la curvatura de la córnea varía en diferentes ejes, lo que distorsiona las imágenes a cualquier distancia. Puede ir acompañado de miopía o hipermetropía o presentarse solo.
Estos tres trastornos pueden corregirse con gafas, lentes de contacto o cirugía láser.
La presbicia es lo que conocemos como “vista cansada”. El cristalino es la lente interna del ojo y cuando miramos de lejos tiene una forma plana, pero se curva cuando enfocamos un objeto cercano. Con la edad, el cristalino pierde elasticidad y esto provoca dificultades de acomodación al ojo, es decir, le cuesta curvarse. Por esto, los objetos cercanos se ven borrosos y tenemos tendencia a alejar las cosas para verlas mejor.
La vista cansada puede corregirse con gafas y, ahora también, con cirugía láser.
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